El arte sutil de enloquecer.

El arte sutil de enloquecer

Todo esto hace parte de ese arte sutil de enloquecer; si no me creen, no interesa. Erase como en esas viejas historias de niños en que había una brujita malvada que perseguía a todos los que les gustaba, y con su varita mágica los enloquecía o.... - Mentiroso, dijo otro que lo escuchó.  - Si no me ha entendido todavía, es cierto. Estoy de regreso. - Lo están enloqueciendo, y están afanados porque según me dijo no lo han dejado ni respirar desde que llegó. No lo podía creer. ¿A una ficción? - Enloquecemos a todos, dijo Mentiras Frescas. "Pueblo pequeño, infierno grande", se dijo. Incluso cuando escribía por el computador, su imaginario le leía lo que escribía, y en el logo del Facebook, hacía  su trabajo de perseguidor para que viera un cajoncito, y no el logo. Podría parecerse a un armatoste. - ¡Paranoico! Le gritó uno de esos imaginarios. Envió un mensaje por WhatsApp, y se lo adulteraron; mejor dicho lo cambiaron el número de la cédula por la suya. Pensó en el comisario Rin...

La leyenda del dorado